• Momento del atentado contra el expresidente de Estados Donald Trump, en un mitin en Pensilvania, 13 de julio de 2024.
Publicada: martes, 16 de julio de 2024 9:20

Las amenazas violentas en la política de Estados Unidos se han convertido en acciones, afirman analistas sobre el atentado contra el expresidente Donald Trump.

El sábado, durante un mitin en Pensilvania, en el marco de su campaña como candidato republicano en las elecciones presidenciales del próximo noviembre, Trump estaba mostrando un gráfico con los números de los cruces fronterizos cuando comenzaron a sonar explosiones entre la multitud. Luego el mandatario dijo que una bala le perforó la parte superior de la oreja derecha

Es evidente que la retórica tóxica y violenta ha prevalecido en la política estadounidense en las últimas décadas, y el incidente del tiroteo en el mitin de Trump demostró que esta tendencia tóxica ya ha escalado hasta convertirse en acciones violentas contra los políticos”, ha dicho Lu Xiang, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales a Global Times.

El tiroteo también expuso el alto grado de inestabilidad e imprevisibilidad de la política estadounidense, lo que generó aún más dudas entre sus aliados sobre el liderazgo de Washington, indicó Li Haidong, profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China.

“¿Cómo se puede esperar que un país tan incierto vaya a tener estabilidad en cuanto a las relaciones con sus socios? El tiroteo seguramente va a generar más dudas sobre el liderazgo de Estados Unidos”, sentenció el especialista.

En un discurso realizado el domingo, el presidente estadounidense y candidato por la reelección, Joe Biden, admitió que la retórica política en EE.UU. se había vuelto “muy acalorada” y que era “hora de enfriarla”, ya que, añadió, “no podemos permitir que esta violencia se normalice”.

Sin embargo, señalaron los expertos, la realidad es que EE.UU. no es solamente el país con mayor tiroteos y muertos civiles por incidentes con armas en el mundo, sino que su historial político, desde la Guerra Civil, pasando por los magnicidios de alto perfil en los 60 (el presidente John F. Kennedy, el dirigente por los derechos civiles Martin Luther King, etc) hasta la polarización extrema que vive la sociedad en la actualidad, indica que la violencia es un elemento intrínseco de la vida social y política del país.

En efecto, se pueden mencionar casos como los disturbios por la muerte a manos de la policía del afroestadounidense George Floyd. Unos meses después, el motín masivo del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de EE.UU.

En otra arista, tanto demócratas como republicanos se han lanzado dardos violentos. Tras el fallido intento de asesinato a Trump, legisladores y figuras del Partido Demócrata tildaban de “dictador” y hasta de “fascista” al candidato republicano.

Esta retórica incendiaria, argumentaron desde el partido azul, habría contribuido a la escalada de violencia en el discurso público del país, lo que pudo haber llevado al presunto atacante a querer atentar contra la vida del expresidente.

Entretanto, muchos expertos coinciden en que la retórica violenta se incrementó con la llegada de Trump al poder en enero de 2017, sea él o no responsable de estos actos.

Personajes a quienes les puso la puntería, como el senador republicano Mitt Romney hasta el científico gubernamental, hoy jubilado, Anthony Fauci, han revelado que tuvieron que conseguir seguridad privada, al ser amenazados por trumpistas. En 2020 habló de fusilar a quienes realizaron saqueos durante las protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd.

ncl/rba