“El hecho de que nuestro presidente de “genio muy estable” prefiera ser informado sobre la pandemia por un presentador de un programa de juegos en Twitter en lugar de científicos y médicos, le dice todo lo que necesita saber sobre lo despistado y patético que es la Administración Trump. Trump debe ser derrotado”, dijo el lunes el senador estadounidense Bernie Sanders a través de su cuenta de Twitter.
Estos comentarios se han producido en reacción a un mensaje escrito por Chuck Woolery, un presentador de televisión, y retuiteado por el magnate neoyorquino, el cual indica que las mentiras más escandalosas son las que abordan el tema de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, insistiendo que todos, como los medios y los demócratas, así como la mayoría de los médicos “están mintiendo” y que todo esto “se trata de las elecciones” y evitar que la economía vuelva a desarrollarse.
Asimismo, en otro mensaje, el político demócrata ha denunciado que el inquilino de la Casa Blanca, a medida que aumenta la crisis sanitaria, es el mandatario “más incapaz, aislado e desquiciado que nunca”, quien “está minando al Dr. (Anthony) Fauci (principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos)”, y a su juicio “todos están mintiendo sobre la COVID-19, incluso los Centros de Prevención y Lucha contra Enfermedades (CDC)”. “Por el bien de la ciencia y la salud de nuestra nación, Trump debe ser derrotado”, ha enfatizado.
Estados Unidos es el país con más casos confirmados del nuevo coronavirus en el mundo, con casi dos millones quinientos mil contagiados, y la cantidad sigue subiendo desde hace algunas semanas con nuevos contagios en varios Estados como California, Arizona, Texas y Florida.
El pasado 6 de julio, Dr. Anthony Fauci, reconoció que la situación actual en EE.UU. realmente no es buena, y declaró que “EE.UU. está hasta las rodillas en la primera ola del coronavirus”.
No obstante, la gestión de la pandemia de la Administración Trump ha recibido una ola de críticas tanto dentro como fuera de las fronteras de EE.UU. donde un gran número de funcionarios acusan al presidente de minimizar la crisis desde el principio y de preferir sus negocios por encima de la salud de la gente.
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