La Policía de Davenport en el estado estadounidense de Iowa se ha personado la madrugada de este lunes en varias protestas realizadas en la ciudad, donde los manifestantes expresaban su ira por el asesinato brutal de George Floyd, un afroamericano de 46 años, a manos de la Policía de Mineápolis.
Los agentes policiales reprimieron a los congregados con disparos de armas de fuego y causaron la muerte de dos personas, tal como ha informado el jefe de la Policía de Davenport, Paul Sikorski.
La ciudad de Louisville, en el estado de Kentucky, registró un incidente similar. Efectivamente, los agentes de la Policía Metropolitana de Louisville y soldados de la Guardia Nacional mataron a balazos a un hombre.
Ese asesinato tuvo lugar mientras los policías y soldados trataban de dispersar a una multitud congregada en el estacionamiento de un supermercado.
Estados Unidos está inmerso estos días en uno de sus peores disturbios raciales, después de que Floyd murió el 25 de mayo, asfixiado por un policía blanco. Su asesinato ha provocado la ira de los estadounidenses y les ha llevado a las calles para manifestarse.
Las autoridades policiales han recurrido al uso de la fuerza para sofocar las protestas y varias ciudades han decretado toques de queda nocturnos. Este lunes, la agencia de noticias Associated Press ha informado de que los policías han detenido a “al menos 4400 manifestantes”.
Sin embargo, ninguna de tales medidas ha podido poner fin a la crisis social que vive el país. Las protestas siguen expandiéndose y se han vuelto muy violentas en las inmediaciones de la Casa Blanca.
Entretanto, la reacción del presidente estadounidense, Donald Trump, ha agravado la crisis. Trump ha prometido mano dura contra los manifestantes y ha incitado aún más a la violencia con su postura racista.
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