“Nosotros le proporcionamos un libro de guía, pero él (el presidente estadounidense Donald Trump) lo ignoró. Además, establecimos una oficina para prepararnos ante la crisis de la pandemia (del coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19), pero la cerró”, manifestó sábado el precandidato presidencial demócrata y exvicepresidente Joe Biden, en respuesta a la acusación de Trump sobre la supuesta negligencia de la Administración anterior del país, presidida por Barack Obama (2009-2017) ante una enfermedad que no existía hace tres años.
Aunque la COVID-19 emergió a finales del año pasado, Trump ha reiterado en varias ocasiones que la Administración de Obama es culpable del retraso de las pruebas iniciales del nuevo coronavirus, diciendo que “los tests no funcionaban y que eran obsoletos”.
Sin embargo, cuando se le pidió el pasado jueves que explicara cómo la Administración de Obama podía haber dejado tests para una enfermedad que no existía hace tres años, el magnate republicano solo dijo que Obama había hecho un trabajo “terrible”.
“Donald Trump puede intentar culpar a quien quiera, pero, en realidad medidas suyas nos impidieron estar listos”, ha asegurado Biden.
El pasado 30 de abril, durante una conferencia de prensa, Trump sacó pecho sobre su gestión ante la crisis sanitaria, calificándola de “espectacular”.
Esto mientras que escasez de suministros médicos y en general la gestión del Gobierno estadounidense en la crisis provocada por COVID-19, ha desatado una ola de críticas dentro del país norteamericano, donde un gran número de ciudadanos y gobernadores han alertado de las consecuencias catastróficas, si la Administración de Trump sigue su actual política frente a la pandemia.
Estados Unidos, con unos 1,2 millones de casos diagnosticados y más de 67 400 muertes se ha convertido en el epicentro de la enfermedad. Por lo tanto, varios funcionarios estadounidenses culpan al presidente por la crisis sanitaria del país y por minimizar el problema desde el principio.
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