• Los buques de la Marina de Estados Unidos navegan mientras se realizan operaciones en el mar del sur de China, 7 de octubre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 17 de abril de 2020 16:28
Actualizada: viernes, 17 de abril de 2020 18:31

Un legislador estadounidense insta a dedicar más recursos militares en Asia para contrarrestar a China, en un trabajo con sus aliados.

The Wall Street Journal (WSJ) en un informe publicado el jueves revela nuevo esfuerzo del Congreso de EE.UU. para trasladar recursos militares estadounidenses a Asia.

Según indica el diario, el legislador republicano Mac Thornberry presentó el jueves un plan que exige recursos financieros suficientes para contrarrestar la influencia de China, lo que ha recibido un gran apoyo en el Congreso estadounidense.

El alto cargo quiere obligar al Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) a invertir al menos 6 mil millones de dólares por año en el Comando Indo-Pacífico de EE.UU en busca de crear por primera vez un fondo de defensa dedicado para aumentar su poder de disuasión contra China en esa región.

 

Estos esfuerzos son similares al presupuesto de la llamada Iniciativa de Disuasión Europea (EDI, en sus siglas en inglés), según el cual el Pentágono ha asignado 30 mil millones de dólares al Comando Europeo liderado en los últimos años para aumentar el entrenamiento militar, la infraestructura y los despliegues rotativos en el flanco oriental de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para contrarrestar la influencia rusa. El presupuesto del Pentágono para el año fiscal actual es de más de 700 mil millones dólares.

La Iniciativa de Disuasión Europea ha llevado a varios políticos antichinos a persuadir al Pentágono de que asigne similares presupuestos para reducir la influencia del gigante asiático. En este sentido, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dijo el año pasado que la región de Asia Pacífico era su máxima prioridad.

El nuevo fondo sería el primero de su tipo para la región, y se produce en medio de la intensificación de las tensiones entre las superpotencias rivales por la propagación del nuevo coronavirus, provocado por la enfermedad COVID-19, más allá de las disputas enconadas sobre Taiwán, comercio, robo cibernético e influencia geopolítica.

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