Los ejercicios militares Payambar-e Azam 17 (El Gran Profeta 17) del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en las costas del Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz llegaron a su fase final el viernes tras cinco días fructíferos.
En la última parte de estos juegos de guerra, el CGRI de Irán disparó 16 misiles balísticos desde diferentes plataformas que alcanzaron un hipotético objetivo hostil, ubicado a gran distancia, de manera simultánea y con precisión.
En este contexto, la agencia rusa de noticias The EurAsian Times en un artículo publicado este domingo ha destacado que, en medio de la escalada de tensiones en la región, Teherán con su último simulacro de misiles envió una “señal muy fuerte” a Israel y sus aliados.
“A medida que se hacen más fuertes los llamamientos en [el régimen de] Tel Aviv para un ataque a las instalaciones nucleares de Irán, Teherán ha asumido la responsabilidad de responder con la misma presteza”, se lee en el informe.
Alabando la importancia y grandeza de dichos ejercicios militares realizados del 20 al 25 de diciembre en el Golfo Pérsico, el medio ruso afirma que Teherán ha demostrado que está preparado para contrarrestar cualquier ataque a sus instalaciones nucleares.
Las Fuerzas Armadas iraníes reiteran que no buscan una guerra con ningún país, pero advierten que responderán a la más mínima intención de socavar la seguridad del país persa, especialmente en el Golfo Pérsico, que es considerado una de las líneas rojas de la República Islámica.
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