El descubrimiento se debe a la labor del Proyecto de Investigación Arqueológica (PIA) Terlén-La Bomba, cuyo objetivo es “lograr entender el sistema sociopolítico de la cultura Cajamarca durante el Horizonte Medio (900 a 1000 años d.C.) y su relación con el imperio Wari”.
Según los líderes del proyecto, Shinya Watanabe y Thalía García, hay dos cámaras funerarias construidas de manera planificada y elaborada, que se encuentran debajo del suelo en forma de galerías. Estas cámaras constan de dos niveles, y en cada nivel hay cinco nichos en los muros.
Dentro de las cámaras funerarias se descubrieron diversas ofrendas, como conchas del molusco strombus, fragmentos de cerámica y un plato trípode completo, un objeto que se encontró por primera vez en un contexto funerario.
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