• Una nube tormentosa supercélula sobre Montana, EE.UU.
Publicada: jueves, 24 de marzo de 2016 12:52
Actualizada: jueves, 24 de marzo de 2016 13:21

Científicos advierten que el cambio climático y la subida del nivel del mar podrían provocar tormentas catastróficas mucho peores que cualquiera que se haya registrado en la historia moderna.

Un nuevo estudio realizado por un grupo de científicos, y liderado por el experto de la NASA, James Hansen, sugiere que el nivel del mar crecerá varios metros dentro de los próximos 50 años, sumergiendo ciudades costeras o fluviales, incluida Nueva York (EE.UU.) y Londres (el Reino Unido), a finales de este siglo.

Según estos científicos, las tormentas gigantescas en Tierra, olas descomunales en la costa y enormes bloques de hielo cayendo del borde de los glaciares son sólo algunas de las consecuencias que nos esperan en las próximas décadas si la temperatura global aumenta como está previsto en sólo 2 grados centígrados.

Los modelos que ha usado Naciones Unidas no tienen en cuenta el efecto del deshielo, y la mayoría de modelos tienden a limitar el efecto que tendrá la estratificación tras el deshielo de Groenlandia y Antártida”, según advierte el exclimático de la NASA, James Hansen.

El estudio, que se ha publicado en la revista científica Atmospheric Chemistry and Physics, ha sido objeto de un intenso debate sobre el alto nivel del mar desde el pasado verano, tanto por sus temibles conclusiones como por la reputación científica de su director, James Hansen, y de sus otros participantes.

Supertifón Haiyan de Filipinas que dejó más de 10.000 muertos en 2013

 

Hansen y sus colegas concluyen que el hielo de Groenlandia y Antártida se puede fundir mucho más rápido de lo que se ha estimado, pero además consideran que ese aporte de agua no se limitará a elevar el nivel del mar, sino que desencadenará consecuencias dramáticas en todo el planeta.

Además, consideran que el agua del deshielo estratificará el agua de los océanos polares, dejando atrapadas enormes cantidades de agua relativamente templada bajo una delgada capa de líquido frío y dulce.

En términos simples, ese proceso interrumpirá el flujo de las corrientes oceánicas tanto en el Atlántico como en el Antártico. Eso incrementará el diferencial de temperatura de la atmósfera entre los polos y el ecuador (los primeros se harán más fríos, el segundo más cálido), y eso alimentará tormentas que harán que algunos de los huracanes más devastadores parezcan de juguete.

Fuertes inundaciones en la ciudad estadounidense de Denver, en Colorado, en 2013.

 

El impacto será tan grande, asegura Hansen, que habrá olas gigantes capaces de arrastrar enormes rocas a elevaciones de varios metros sobre el nivel del mar.

Los modelos que ha usado Naciones Unidas no tienen en cuenta el efecto del deshielo, y la mayoría de modelos tienden a limitar el efecto que tendrá la estratificación tras el deshielo de Groenlandia y Antártida”, advierte Hansen.

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