Se anuncian nuevas políticas sociales, el mensaje es breve, informal, en lenguaje popular y en cadena nacional, algo inusual, como el dato que se conoció en las últimas semanas, 3 de cada 4 brasileños desaprueban la gestión de Lula.
En las calles no es difícil identificar la insatisfacción ciudadana en torno al gobierno. En el gobierno hay cierta sorpresa con este descontento, los números de la macroeconomía son buenos, el desempleo es el más bajo de la última década, el PBI crece y el déficit fiscal está dentro de parámetros controlados. En el ejecutivo piensan que el déficit es comunicacional.
Los programas anunciados por Lula beneficiarán con un cobro directo a jóvenes estudiantes para evitar la deserción escolar y tornarán gratuito el acceso a una lista de más de 40 medicamentos en las llamadas farmacias populares, creadas por el propio Lula hace más de 20 años.
Las respuestas de la ciudadanía dan cuenta de que las políticas de inclusión todavía son bien recibidas por la población.
Andrés Sal.lari, Sao Paulo
dgh/tmv
