El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, mantuvo una reunión el 18 de julio en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia (la capital) con la participación de unos 40 diplomáticos extranjeros en la que sembró sospechas, sin pruebas, sobre el proceso electoral en el país.
Ante las acusaciones de Bolsonaro, quien también busca la reelección, la Fiscalía de Brasil solicitó el miércoles imponer una multa al mandatario por propaganda electoral anticipada de cara a las presidenciales del próximo octubre.
El Ministerio Público Electoral, además pidió a la Justicia de Brasil que se elimine de las redes sociales el polémico vídeo del referido encuentro del presidente en el que Bolsonaro desacredita y ataca el sistema de votación del país.
“Las acusaciones contra la fiabilidad de las máquinas de votación electrónica por parte de los ilustres representados no son inéditas, como es bien sabido. Esta vez, se lanzan en el período próximo a las elecciones, transmitiendo nociones que ya han sido demostradas como falsas”, anunció el viceprocurador general electoral, Paulo Gustavo Gonet.
La solicitud de la Fiscalía brasileña llegó, mientras que Bolsonaro lleva meses al frente de una agresiva campaña para deslegitimar el sistema electrónico de votación que funciona en Brasil desde 1996 y acostumbra a ser elogiado por observadores internacionales.
A su vez, el candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva también acusa a Bolsonaro de crear confusión en Brasil por sus acusaciones sobre la inseguridad del sistema electoral. “Está intentando engañar al pueblo para justificar una bobada cualquiera”, ha dicho.
El próximo 2 de octubre, se celebrarán las presidenciales en Brasil. Las encuestas electorales muestran que Lula lidera la intención de voto, frente a Bolsonaro que enfrenta críticas por los altos precios del combustible, la inflación y la mala gestión de la pandemia.
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