“Lo que pasa en Bolivia es una barbarie. Están matando campesinos e indígenas. En los cinco días de gobierno de la impostora Jeanine Áñez ya se contabilizan 18 muertos, todos pobladores humildes. Es un gobierno que chorrea sangre. (...) Es una pandilla de golpistas que está destruyendo Bolivia”, repudió García Linera en una entrevista concedida el sábado a la emisora argentina AM 750.
El exvicepresidente boliviano denunció, de este modo, la situación que está viviendo su país tras el golpe de Estado contra el Gobierno de Evo Morales, y la posterior autoproclamación como presidenta interina de Bolivia de la senadora Jeanine Áñez.
Miles de bolivianos han realizado manifestaciones para expresar su rechazo al golpe contra Morales. El gobierno de facto ha reprimido duramente esas marchas y ha autorizado a las Fuerzas Armadas a masacrar con impunidad al pueblo.
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Lo que pasa en Bolivia es una barbarie. Están matando campesinos e indígenas. En los cinco días de gobierno de la impostora Jeanine Áñez ya se contabilizan 18 muertos, todos pobladores humildes. Es un gobierno que chorrea sangre”, repudió el exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera.
“Ella (Áñez) y (el excandidato presidencial) Carlos Mesa tienen las manos manchadas de sangre y así pasarán a la historia. Mesa pasará a la historia como un sanguinario golpista”, reprochó.
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El 'número dos' del Gobierno de Morales cargó también contra las Fuerzas Armadas del país por apoyar el plan golpista. “Yo no sé que pensarán los mandos militares después de esto. Estos son delitos de lesa humanidad y van a ser juzgados”, aseveró.
Contó, además, que antes de que se consumara el aludido plan, hubo reuniones entre sectores que respondían al líder golpista de Santa Cruz, Fernando Camacho, “con gente del mando policial y militar” y que, inclusive, “había circulado plata”.
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García Linera, quien se encuentra asilado, junto a Morales en México, dijo, asimismo, que tanto él como el dimisionario presidente tienen la voluntad de regresar a Bolivia y colaborar en la pacificación del país.
“Estamos dispuestos a regresar hoy mismo, mañana mismo si eso ayuda a un diálogo para que pare la violencia, para que pare la masacre”, indicó.
Morales denunció el mismo sábado que la represión ejercida por el gobierno de facto de Bolivia contra las manifestaciones celebradas en rechazo al golpe, ha dejado, hasta el momento, más de 20 muertos y decenas de heridos.
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