La primera detonación ha ocurrido en el Givat Shaul, cerca de la entrada principal de Cisjordania ocupada, poco después de las 07:00 de la mañana, hora local. En este incidente, al menos 11 personas han resultado heridas, dos de ellas con pronóstico delicado y otras dos de gravedad, de estas últimas una fue declarada muerta poco después, han informado funcionarios médicos israelíes.
La segunda explosión se ha producido media hora después, en el cruce del barrio de Ramot, ubicado en el oeste de la Cisjordania. En este estallido al menos tres personas han resultado heridas.
De acuerdo con investigaciones iniciales, los dispositivos pueden haberse dejado en bolsas. Hasta el momento no se sabe quién tiene la responsabilidad del ataque, sin embargo, la policía del régimen sionista aduce que serían dos asaltantes.
En este sentido, el premier israelí, Yair Lapid, ha informado que sostendrá una reunión de emergencia en las próximas horas para evaluar la situación de seguridad con los jefes de varias agencias del régimen de ocupación.
Tras los ataques, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha elogiado a los autores, diciendo que han realizado “una operación heroica”, pero no se ha adjudicado la responsabilidad.
“La ocupación está pagando el precio de sus crímenes y agresiones contra nuestro pueblo”, ha dicho el portavoz de HAMAS, Abdel Latif Al-Qanua.
Las explosiones se han producido horas después de la misma jornada en que las fuerzas israelíes mataran a tiros a un palestino de 16 años, Ahmad Amyad Shehade, durante una redada nocturna en la Cisjordania ocupada, según el Ministerio de Salud palestino.
Esto, mientras, según el documento, de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), 118 los palestinos perdieron la vida en las ofensivas israelíes en Cisjordania en lo que va de 2022, convirtiendo así este año en el más mortífero en Cisjordania desde 2005.
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