“Si bien el reino [saudí] busca mantener la solidez de sus relaciones con todos los países amigos, [...] no acepta dictados y rechaza cualquier acción o intento encaminado a alterar los nobles objetivos en los que trabaja para proteger la economía global de las fluctuaciones de los mercados petroleros”, ha dicho este jueves una fuente oficial del Ministerio saudí de Asuntos Exteriores.
Los principales productores mundiales de petróleo y las diez naciones productoras aliadas (OPEP+), lideradas por Arabia Saudí y Rusia, decidieron el 5 de octubre reducir su producción en dos millones de barriles diarios (mbd). El recorte es el más voluminoso desde el adoptado por el grupo en mayo de 2020 para compensar el desplome de la demanda energética desencadenada por la crisis provocada por la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Ante tal coyuntura, Washington acusa a Arabia Saudí de ponerse del lado del Kremlin, que ha decidido no suministrar la energía al Occidente, y un nuevo choque frontal se abre en medio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, iniciada el 24 de febrero pasado.
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió el martes que “habrá consecuencias” para las relaciones de su Administración con la monarquía árabe; “va a haber algunas consecuencias por lo que han hecho con Rusia”, alertó.
Este pronunciamiento del inquilino de la Casa Blanca demuestra el abandono de los recientes intentos de EE.UU. de buscar un acercamiento con el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, y arroja dudas sobre el futuro de la relación de seguridad entre Washington y Riad.
Además de rechazar tales afirmaciones, la fuente de la Cancillería saudí ha enfatizado que la decisión de reducir la producción de petróleo fue tomada por unanimidad por todos los países del grupo OPEP+ y a través del consenso colectivo de sus Estados miembros “desde una perspectiva puramente económica”.
Asimismo, ha denunciado que EE.UU. intenta oscurecer los hechos con respecto a la posición de Riad sobre la crisis de Ucrania, un acto “desafortunado” que no cambiará la posición de Arabia Saudí al respecto.
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