"Tradicionalmente Arabia Saudí ha sido considerada como uno de los perros en la correa de Estados Unidos en Oriente Medio. Siempre pensamos que es el hombre quien lleva al perro, pero a veces este perro es tan grande que empieza arrastrar a su dueño", ha afirmado este lunes Assange.
Tradicionalmente Arabia Saudí ha sido considerada como uno de los perros en la correa de Estados Unidos en Oriente Medio. Siempre pensamos que es el hombre quien lleva al perro, pero a veces este perro es tan grande que empieza arrastrar a su dueño", afirma Assange.
En declaraciones durante una entrevista exclusiva concedida a la cadena rusa Rossiya 1, Assange ha añadido que Arabia Saudí y algunos otros aliados de Washington en la región buscan conseguir más independencia después de años viviendo bajo la sombra de EE.UU.
En un artículo publicado a finales del mes de mayo, el diario estadounidense The Washington Post insistió en que el régimen de Al Saud no puede considerarse como “el mejor amigo de EE.UU.”, ya que en varias ocasiones ha utilizado el petróleo como una arma para presionar a Washington.
Por otra parte, el apoyo sin control de Arabia Saudí a los grupos terroristas en Oriente Medio también ha provocado en los últimos años grandes desafíos para Estados Unidos como los atentados del 11 de septiembre de 2001, que, según las revelaciones, fueron financiados por la familia real de saudí.
La semana pasada, Wikileaks filtró unos 60.000 cables diplomáticos saudíes, que, entre otros temas sacaron a la luz un acuerdo secreto entre Arabia Saudí, Catar y Turquía en 2012 para derrocar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
En este sentido, Assange ha señalado que Estados Unidos, Francia y Reino Unido han sido parte de este pacto.
Por otra parte, el fundador de Wikileaks ha asegurado que este portal planea difundir más documentos secretos sobre el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) a los tres últimos presidente de Francia.
La revelación de la vigilancia a la que EE.UU. sometió a los presidentes galos provocó una gran indignación en el Gobierno Francés, cuyo primer ministro, Manuel Valls, tachó de “inaceptables” las prácticas de espionaje del país norteamericano contra sus aliados.
rba/ctl/