La cadena de televisión yemení Al Masirah publicó el sábado un balance de los daños materiales e impactos económicos que han deteriorado la situación del régimen de Arabia Saudí desde marzo de 2015, cuando emprendió, junto a varios de sus aliados, una guerra contra Yemen.
El informe cifró en 1200 los tanques y vehículos blindados pertenecientes al Ejército saudí o sus aliados que los combatientes de Ansarolá han logrado destruir.
Además, subrayó el derribo de 12 helicópteros de ataque Apache, 5 aviones de combate F-15 y más de 20 aviones no tripulados espía que las fuerzas saudíes, sus aliados y “mercenarios” utilizaban para conseguir información.
Según la publicación, unos 10 buques de guerra y varias lanchas saudíes también fueron golpeados por los ataques de las fuerzas yemeníes.
Sobre las operaciones de represalia dentro del suelo del reino árabe, Ansarolá asaltó centenares de bases o campamentos militares en Najran y Asir (suroeste de Arabia Saudí).
De igual modo, el informe destacó el impacto de esta campaña de ataques aéreos sin éxito de Riad contra Yemen, cifrando en 81000 millones de dólares los gastos de la campaña militar.
Además, resaltó el aumento del déficit presupuestario en Arabia Saudí y la reducción de las inversiones extranjeras en los proyectos saudíes a largo tiempo.
Conforme a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la campaña militar saudí contra Yemen ha acabado con la vida de más de 12.000 personas, además de desolar una gran parte de la infraestructura, incluidos hospitales, escuelas y fábricas.
Las Naciones Unidas han llamado una y otra vez al régimen de los Al Saud a poner fin de una vez por todas a esta “estúpida guerra”, que también ha desbordado la situación humanitaria, acarreando la peor hambruna en décadas y un brote sin precedentes del cólera.
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