Tal como reportó el martes el portal Al-Masdar News, las fuerzas del Ejército yemení y del movimiento popular Ansarolá lanzaron un ataque contra blancos militares saudíes en la región de Jizan, sita en el suroeste del reino árabe.
Los combatientes yemeníes tendieron una emboscada a fuerzas saudíes en la parte sur de Jizan, cerca de la frontera con Yemen. Utilizando una bomba colocada al borde de la carretera, los yemeníes destruyeron un vehículo militar del Ejército saudí que circulaba en la zona y mataron a su conductor.
Las regiones fronterizas saudíes, sobre todo las posiciones del Ejército, son blanco de ataques de Ansarolá y de comités populares que dicen actuar en represalia por los incesantes e indiscriminados bombardeos saudíes contra las ciudades yemeníes.
El mismo martes, la cadena de televisión local Al Masirah informó de la muerte de 18 hombres armados apoyados por Arabia Saudí —a los que se refiere como “mercenarios” extranjeros— en distintas ofensivas de Ansarolá en las provincias de Al-Jawf (norte), Marib (centro) y Taiz (sur).
Una fuente militar explicó que, en Al-Jawf, además, las fuerzas yemeníes hicieron prisioneros a otros 10 mercenarios y destruyeron dos vehículos enemigos.
El 26 de marzo de 2015, Arabia Saudí y sus aliados regionales emprendieron una fallida ofensiva militar contra Yemen con el visto bueno de EE.UU. y prescindiendo del permiso de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con vistas a restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi.
La acometida se ha saldado con más de 12.500 muertos y 20.000 heridos, según indicó en junio un informe de un centro pro derechos humanos.
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