Yemen sufre de la mayor crisis humanitaria del mundo. La imagen que ha quedado del país tras más de dos años de la guerra: 17 millones de personas que padecen hambre, casi 7 millones bajo la amenaza de hambruna y unos 16 millones sin acceso al agua o al saneamiento, 2000 muertos y unos 500.000 afectados por el brote de cólera.
Parte de esta dramática situación se debe al cerco que ha puesto Arabia Saudí al país. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denuncia que Riad impide el envío de asistencia humanitaria al norte del país, insistiendo que las ayudas entren por el sur, controlado por fuerzas leales al expresidente Abdu Rabu Mansur Hadi.
Desde principios de 2015, el país es escenario de enfrentamientos entre las fuerzas leales al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi y las fuerzas del movimiento de Ansarolá.
En marzo de este mismo año, Arabia saudí se unió a la guerra, con la idea de devolver a Al-Hadi y sus seguidores al poder. Desde entonces: miles de muertos y heridos, la mayoría por bombas que caen desde aviones de guerra saudíes.
Este viernes, miles de yemeníes en Saná (capital), condenaron, la dramática situación que ha dejado la intervención de Riad. Ahí, también reprocharon el apoyo que brinda EE.UU. a la carnicería saudí en su país.
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