Según informó la agencia iraní de noticias Fars, citando a Ali al-Houti, uno de los comandantes de Ansarolá, los mercenarios estaban tratando de ocupar zonas en el norte de Saná pero no consiguieron su objetivo debido a la resistencia de las fuerzas yemeníes.
El integrante de Ansarolá advirtió que las fuerzas yemeníes le responderán a Arabia Saudí, lanzarán cientos de misiles y cohetes sobre las posiciones de los mercenarios y les expulsarán del territorio de Yemen.
Al mismo tiempo, las fuerzas yemeníes cumplieron con sus advertencias y lanzaron un misil Qaher-1 (diseñado originalmente en la antigua Unión Soviética bajo el nombre S-75 Dvina) contra las posiciones de las fuerzas saudíes en la provincia de Marib (centro-oeste de Yemen).
Este ataque misilístico se realizó en respuesta a la violación del alto el fuego por parte de los mercenarios y las fuerzas saudíes en esta provincia.
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No hay información clara sobre los daños causados sobre las posiciones saudíes, aunque fuentes de Ansarolá insisten en que dejó muchos muertos y heridos, además de amplios daños materiales.
En marzo de 2015, Arabia Saudí lanzó una ofensiva militar contra Yemen, prescindiendo del permiso de las Naciones Unidas, pero con la luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
Según las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la guerra saudí contra el país más pobre del mundo árabe ya ha dejado, entre muertos y heridos, más de 32.000 víctimas, en su mayoría civiles.
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