La televisión estatal yemení Al-Masirah dio a conocer el domingo la noticia basada en información divulgada por la Radio Nacional Pública del Pentágono, que detalló que las tropas ya habían aterrizado el pasado 25 de abril.
De acuerdo con este informe, fuerzas especiales de Estados Unidos fueron desplegadas en el sur del país árabe y combatirán, junto a los militares de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), estacionados allí.
Fuerzas especiales de EE.UU. fueron desplegadas en el sur de Yemen y combatirán, junto a los militares de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), estacionados allí, informa la Radio Nacional Pública del Pentágono.
El 21 de marzo de 2015 EE.UU. replegó sus tropas de Yemen, fecha en la que Washington evacuó a sus fuerzas de la base aérea Al-Anad en el sur del país “debido al deterioro de la seguridad”.
La citada medida fue tomada un día después de que los integrantes de Al-Qaeda pudieran capturar la ciudad de Al-Huta, situada en el suroeste de Yemen, muy cerca a la base en cuestión.
Unos días después, es decir el 26 de marzo, Arabia Saudí, liderando una coalición árabe, empezó a bombardear Yemen para restaurar en el poder al fugitivo expresidente Abdu Rabu Mansur Hadi, su fiel aliado, y frenar al movimiento popular Ansarolá.
Cambió la situación, y Ansarolá —que hasta ese momento era la única fuerza que luchaba contra Al-Qaeda— se veía obligado a concentrar toda su potencia contra los ataques aéreos de los saudíes y sus aliados que hasta hoy siguen cobrando la vida de los civiles.
AQPA aprovechó de estas circunstancias y se expandió en el territorio yemení, e incluso creó su propio mini-Estado en la ciudad portuaria de Al-Mukala (sur) —con 500 mil residentes y considerada el tercer mayor puerto del país—.
En opinión de los expertos, bajo presiones internacionales, Arabia Saudí se vio obligada a anunciar recientemente una ofensiva contra Al-Qaeda, alegando matar a 800 miembros de este grupo e invadiendo Al-Mukala.
De cualquier manera, los residentes de Al-Mukala informaron que los integrantes de Al-Qaeda abandonaron la ciudad portuaria hacia la provincia vecina Shabwa tras las negociaciones con los clérigos locales y los líderes tribales, al mismo tiempo que aseguraron que no hubo ninguna batalla en esa ciudad.
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