Según declaró el viernes el titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esos diálogos abordarán cinco ejes principales: la retirada, el desarme, la programación en el sector de seguridad, la búsqueda de una solución política, y la creación de un comité para la liberación de presos políticos y presos de guerra.
La solución política, detalló el enviado de la ONU, parte de una reanudación de los diálogos políticos nacionales y del retorno a una transición política pacífica. También comunicó la entrada en vigor de una tregua en Yemen a partir de la medianoche del 10 de abril.
Por su parte, el portavoz del movimiento popular yemení Ansarolá, Mohamad Abdel Salam, ha enfatizado este sábado que el inicio y el posterior respeto de la tregua es una condición sine qua non para el inicio de los diálogos.
Unas conversaciones en paralelo a los ataques saudíes contra el pueblo y el territorio de Yemen nos forzarían a involucrarnos en la guerra y agravarían la situación humanitaria, ha destacado Abdel Salam.
En las últimas semanas, Ould Cheij Ahmad ha mantenido contactos en Riad, capital saudí, con todas las partes yemeníes, incluido el expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, así como con otras autoridades regionales y diversas personalidades de la comunidad internacional, como el ministro francés de Exteriores y Desarrollo, Jean-Marc Ayrault.
En marzo de 2015, Arabia Saudí lanzó una ofensiva militar contra Yemen, obviando el permiso de las Naciones Unidas, en un intento por eliminar de la ecuación política regional al movimiento popular yemení Ansarolá y restaurar en el poder a Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
Según las últimas estadísticas de las Naciones Unidas, esta guerra ya ha dejado más de 32 000 víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de 6400 muertos, la mitad de ellos civiles.
Asimismo, como indican los datos de la ONU, más de 10 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, desempleo, elevados precios de los alimentos y combustibles y servicios sociales limitados.
Conforme al Centro yemení para los Derechos Humanos, los cazabombarderos saudíes han destruido 988 escuelas, 25 mezquitas y unos 40 monumentos históricos en ese país.
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