Miles de yemeníes han salido a las calles para mostrar su indignación por la agresión de la llamada coalición, liderada por Arabia Saudí, y han condenado la matanza de mujeres y niños en estas operaciones bélicas.
Estas manifestaciones, en las que se han escuchado lemas como “Muerte a Al Saud” y “Muerte a Estados Unidos”, se realizan en momentos en que Riad y sus aliados siguen bombardeando la nación yemení.
Juntos contra la agresión tiránica Arabia Saudí”, se ve en una gran pancarta en la manifestación.
“Juntos contra la agresión tiránica Arabia Saudí” es la frase que se ve en una gran pancarta que portaban los manifestantes en el centro de Saná, capital de Yemen, donde los aviones de la coalición volaban para infundir temor entre los participantes de la concentración.
Según la agencia francesa de noticias AFP, el expresidente yemení Ali Abdolá Saleh, ha asistido brevemente a la protesta en Saná, mientras el movimiento popular Ansarolá ha convocado otra manifestación en el norte de la ciudad capitalina.
La agresión saudí contra Yemen entra en el segundo año, pues, los saudíes que creían que la operación militar “Tormenta Decisiva” —así llaman los saudíes a su ofensiva contra Yemen— duraría como máximo un mes, no previeron la resistencia del pueblo yemení.
Riad utilizó su influencia sobre otros países árabes para asistir a dicha coalición, prescindiendo del permiso de las Naciones Unidas pero con la luz verde de EE.UU. con el objetivo de eliminar de la ecuación política regional a Ansarolá y restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
Sin embargo, los logros de Arabia Saudí en este aventurismo han sido muy pocos en comparación con sus pérdidas. Su mayor pérdida es la imagen que ha impreso de sí mismo en la historia de la humanidad: destrucciones, matanza de mujeres y niños y desplazamiento de millones de yemeníes.
Según las últimas estadísticas de las Naciones Unidas, esta guerra ya ha dejado más de 32.000 víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en 6400 los muertos, la mitad de ellos civiles.
La situación que ha creado Riad en Yemen beneficia a los grupos terroristas como EIIL (Daesh, en árabe) y Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), ya que han aprovechado en reiteradas ocasiones el conflicto para realizar ataques y avanzar sobre el terreno.
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