Tiroteos y columnas de humo negro en el cielo de Jartum y los ciudadanos en pánico, que no saben dónde refugiarse. Es la capital de Sudán, atrapada en enfrentamientos entre el Ejército y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido, que dicen que ya controlan el palacio presidencial y el aeropuerto de Jartum. Y afirman que no dejarán la batalla, hasta que el ejército se rinda.
Es una lucha entre dos militares. El General Abdel Fattah al-Burhan, líder de facto del país tras el golpe de 2019, y el General Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti. Ambos se unieron para sacar a los civiles del poder. Y tras distanciarse, éste último alega ponerse al lado de civiles.
Sin embargo, para la ciudadanía, que ha vivido de crisis en crisis, como consecuencia del golpe de estado, es una lucha de poder entre dos generales.
Los intensos enfrentamientos han generado preocupación a nivel regional e internacional. La ONU, que no quiere ver otro conflicto armado en el continente africano ha condenado los choques y ha pedido cesar las hostilidades. Los uniformados de ambos lados parecen no estar escuchando.
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