El Departamento estadounidense de Estado emitió el lunes una advertencia de viaje “permitiendo que el personal gubernamental de Estados Unidos y sus familiares regresen a Venezuela”, dictamen que sustituye la orden de salida en efecto desde el 27 de julio.
Sin embargo, el Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, reiteró que “la situación política y de seguridad en Venezuela es impredecible y puede camrápidamente”, por lo que todo el personal de contratación directa y sus parientes asignados a la embajada tienen los desplazamientos restringidos, con "estrictos requisitos de seguridad" para moverse dentro de Caracas (capital venezolana) y por el resto del país.
Mientras Washington habla de cierta incertidumbre política en Venezuela, el Gobierno del país sudamericano asegura que la salida de la misión diplomática estadounidense de Caracas buscaba generar caos y desinformación.
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