La sociedad venezolana está llamada a secundar este paro, convocado por la autodenominada opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en aras de exigir a Nicolás Maduro que dé marcha atrás en su intención de celebrar una Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Los opositores consideran a esta ANC, como una fraude político y por ello, desde que Maduro lo anunciara a principios de mayo, las manifestaciones callejeras contraria a esta medida se han acrecentado y algunas, inclusive, con violencia y muertes, que según la defensoría venezolana se asemejan a la “apología al Daesh”, acrónimo del grupo terrorista EIIL que propaga el terror en Siria e Irak.
El paro cívico, de 24 horas, arrancó a las seis de la mañana hora local en el inicio de la llamada “hora cero”, con una intensificación de las manifestaciones opositoras que hasta la fecha han dejado un centenar de muertos.
Marcela Máspero, coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (UNETE) —una de las principales centrales obreras del país—, sostuvo que muchos empleados “están sometidos a presiones”, pero aun así apoyarían una huelga general.
No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión”, dice Omar, un empresario constructor del sureste de Caracas.
La mencionada huelga es apoyada por la cúpula empresarial, cámaras de comercio e industria, parte de los sindicatos, estudiantes y transportistas.
En consecuencia, Omar, de 34 años, un empresario constructor del sureste de Caracas (capital), que ha apoyado el llamado al paro, ha contado a la agencia de noticias francesa AFP que tiene siete obreros y les pagará el jornal de este día, para que no vengan al trabajo, porque de acuerdo con sus palabras: “No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión”.
Mientas tanto, las primeras informaciones indican que desde tempranas horas de este día, ciudadanos venezolanos trancan la avenida principal de Maracauay, municipio Sucre de Caracas.
Maduro, que está lidiando también con una fuerte presión para que desista de su proyecto, aseguró el martes que “la Constituyente va, ahora más que nunca”, en respuesta a las amenazas de sanciones económicas del presidente estadounidense, Donald Trump, si avanza dicho proceso.
El dirigente venezolano insiste en que la Constituyente es necesaria para garantizar los logros sociales alcanzados y los derechos del pueblo, y al mismo tiempo, pide a la oposición que por el bien del país, desista de sus actos y vuelva a la mesa del diálogo nacional, que abandonó en su día.
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