Durante una entrevista con la cadena estadounidense CNN, Ibrahim Kalin se ha tenido que sentar en la silla caliente porque le han preguntado temas polémicos, como la postura de Turquía ante el futuro de Siria y más en concreto el destino del presidente Bashar Al-Asad.
El portavoz turco ha dicho que Ankara ha reconsiderado su política frente a la crisis siria después de normalizar los nexos con Rusia y ahora aúpa una solución pacífica a la coyuntura, e incluso ve viable que el presidente Al-Asad tenga un papel en la transición política.
Kalin también ha insistido en que su Gobierno, junto a Rusia y EE.UU., está trabajando sobre un mecanismo para la transición en Siria; un proceso político de por sí delicado, que se complica aún más al situar como condición sine que non a Al-Asad como parte del futuro de Siria, e incluso de un gobierno interino. Sin embargo, ha dejado claro que la postura turca hacia el mandatario árabe no ha cambiado, ya que para Ankara el presidente sirio carece de legitimidad.
Tras la intentona golpista que sufrió el Gobierno del presidente Erdogan, a mediados del pasado mes de julio, la política exterior turca ha experimentado algunos cambios entre los cuales destaca su acercamiento a Moscú, sobre todo, luego de que las relaciones con Moscú se debilitaran debido al derribo del Su-24 ruso en la frontera turco-siria.
Las autoridades turcas también han bajado de tono, incluso consideraron necesario hablar con el presidente Al-Asad para encontrar una salida diplomática a la guerra que ha devastado a Siria desde hace más de cinco años.
A pesar de todo ello, cabe mencionar, que aún los turcos actúan de manera poco fiable, ya que el Gobierno de Erdogan invadió Siria el miércoles para combatir, supuestamente, terroristas takfiríes y combatientes kurdos, acto que, a juicio de muchos, tiene como meta una ocupación turca a largo plazo.
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