“Detrás de este golpe podrían encontrarse otros Estados. Los seguidores de (Fethulá) Gülen cuentan con un centro intelectual superior que pudo planearlo todo, llegará el momento en el que todos los vínculos sean revelados”, aseveró el miércoles el jefe del Estado turco, sin precisar país alguno.
En declaraciones al canal catarí Al Jazeera, urgió a Washington a extraditar al clérigo y líder opositor turco, a quien Ankara considera como “líder terrorista”. “Claro está que será un gran error por parte de EE.UU. no entregar a Gülen”, advirtió.
La noche del pasado viernes, 15 de julio, al sábado, un grupo de militares intentó hacerse con el poder en Turquía, cerrando varios puentes y tomando el control de algunos edificios gubernamentales en las dos ciudades más importantes del país, Estambul y Ankara (la capital). Si bien, pocas horas tras el intento, las autoridades turcas anunciaron que habían retomado el control de la situación.
Detrás de este golpe podrían encontrarse otros Estados. Los seguidores de (Fethulá) Gülen cuentan con un centro intelectual superior que pudo planearlo todo, llegará el momento en el que todos los vínculos sean revelados”, aseveró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Erdogan criticó los “fallos” en los sectores de la Inteligencia turca, que no pudieron impedir el fallido intento de golpe de Estado. Si la Inteligencia hubiera estado a la altura, habría sido posible prevenir la sublevación militar; “está claro que el servicio de Inteligencia fue ineficaz”, sostuvo el mandatario.
Por otro lado, el dignatario turco no descartó la posibilidad de reinstaurar la pena capital para castigar a los “traidores” que apoyaron el golpe militar, al asegurar que si el Parlamento lo aprueba, no dudará en firmarlo.
Tras sofocar la rebelión, las autoridades turcas han comenzado masivas purgas en las Fuerzas Armadas, cuerpos de seguridad y organismos del poder judicial, para identificar a los responsables y partidarios de Gülen, quien rechazó rotundamente el golpe militar y su participación en el mismo.
La intentona golpista, según la Cancillería turca, se cobró la vida de al menos 290 personas y dejó unos 1500 heridos. Asimismo, unas 11.000 personas han sido detenidas por su supuesta relación con el golpe militar, de acuerdo con el propio Erdogan.
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