Un convoy de camiones de EE.UU. ingresó a la ciudad de Al-Qamishli en la provincia siria de Al-Hasaka (noreste), cargado con equipo logístico y tanques de combustible, proveniente del Kurdistán iraquí, informó el sábado el portal web Rusiya Al-Yaum.
Conforme a la fuente, el convoy estaba compuesto por 35 camiones y entró a través del cruce fronterizo de Al-Walid y la carretera M4, que conecta la provincia norteña de Alepo con Al-Hasaka.
También indicó que los camiones de la aludida coalición, que se encuentra en el país árabe, so pretexto de luchar contra el grupo terrorista Daesh, se dirigieron a las bases estadounidenses en Al-Hasaka y Deir Ezzor, en el este del territorio sirio.
La noticia sale a la luz solo unos días después de que la agencia siria oficial de noticias, SANA, reportó el miércoles el envío por Estados Unidos de otro gran convoy, compuesto por 60 vehículos, con suministros bélicos y logísticos a la provincia de Al-Hasaka, rica en recursos petroleros.
Pese a la negativa del Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, y del pueblo sirio, Washington sigue enviando suministros bélicos a las zonas orientales y nororientales del país árabe, con la excusa de “proteger” los pozos de crudo de los grupos terroristas, pero, en realidad, lo que busca es robarse el oro negro de Siria.
De hecho, Washington, en plena cooperación con sus aliados de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en numerosas ocasiones, ha trasladado el petróleo extraído del suelo sirio sin autorización de Damasco a Irak.
Ya en julio pasado, la empresa petrolera estadounidense Delta Crescent Energy LLC firmó un contrato con las FDS para saquear el petróleo de Siria, con el aval de Washington.
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