Los participantes —en esta ronda de diálogos que se desarrolla desde hoy lunes hasta el 15 de julio— bajo la égida de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), buscan encontrar una salida al conflicto que arrasa al país desde hace seis años.
En un principio el nuevo ciclo de diálogos se centrará en cuatro áreas: una nueva constitución, mecanismos de gobernanza, elecciones y la lucha contra el “terrorismo”.
Las últimas negociaciones concluyeron en mayo en Ginebra sin grandes progresos para terminar la guerra. Entonces, el representante de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, explicó que persistían “importantes diferencias” sobre “temas mayores”.
La nueva ronda de diálogos ha comenzado un día después de que entrase en vigor un alto el fuego fraguado por Estados Unidos, Rusia y Jordania en el suroeste de Siria. La tregua, que queda fuera de los diálogos en Ginebra, llevó calma a los frentes del sur del país árabe.
La delegación del Alto Comité de Negociaciones, que reúne a grupos opositores, aplaudió el alto el fuego en el suroeste de Siria, y aseguró que tendrá un impacto positivo en los diálogos sirios en Ginebra.
El Gobierno sirio y la oposición participan además en otro proceso de paz que se desarrolla en Astaná, en Kazajistán. La quinta ronda de negociaciones —organizada por Rusia, Irán, y Turquía— acabó el 5 de julio con un acuerdo de creación de un grupo de trabajo que discutirá en la capital de Irán, Teherán, los detalles sobre las zonas seguras sirias y vías para fortalecer el alto el fuego.
El representante sirio ante la ONU y enviado de Damasco a estos diálogos, Bashar al-Yafari, informó poco antes de que la dureza de la postura de algunos de los participantes ha causado que no se pueda llegar a un acuerdo sobre los detalles de las zonas seguras.
Los participantes buscan en estos diálogos encontrar una vía no militar para poner fin a seis años de una crisis siria que ya ha dejado más de 465.000 muertos y desaparecidos.
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