• Aviones de combate estadounidenses pertenecientes a la coalición anti-Daesh, liderada por EE.UU.
Publicada: sábado, 20 de mayo de 2017 7:20
Actualizada: sábado, 20 de mayo de 2017 16:33

El Pentágono advierte a Siria de lo que no debe hacer para no sufrir otro ataque como el ocurrido el pasado jueves contra uno de sus convoyes militares.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., Joseph Dunford, informó el viernes en qué casos el Departamento estadounidense de Defensa (Pentágono) no lanzaría otro ataque aéreo contra las fuerzas gubernamentales sirias, como el ocurrido recientemente en el sur del país árabe.

La máxima autoridad de las Fuerzas Armadas de EE.UU. calificó el bombardeo a un convoy militar de las fuerzas del presidente sirio, Bashar al-Asad, de una “medida de protección de las fuerzas estadounidenses”.

Por ello, precisó que Washington no recurrirá a tales medidas siempre y cuando no sienta otra amenaza contra las fuerzas de EE.UU. en la región.

La coalición internacional anti-EIIL, liderada por EE.UU., atacó el pasado jueves un convoy militar del Gobierno sirio en el sur del país, cerca de la frontera con Jordania e Irak, so pretexto de una supuesta violación de una zona donde las fuerzas especiales estadounidenses y del Reino Unido entrenan a los rebeldes sirios.

El Gobierno sirio repudió esta "violación fragrante de su soberanía" tras el ataque estadounidense, y en este sentido, el canciller ruso, Serguei Lavrov, también condenó el bombardeo, considerándolo un acto ilegítimo que atenta gravemente contra la soberanía de Siria.

 

Asimismo, el alto diplomático ruso aseveró que este acto pone de relieve cómo los aliados complacen a los terroristas, que campan a sus anchas en el territorio sirio.

El pasado mes de abril EE.UU. lanzó una ofensiva con misiles contra la base aérea de Al-Shairat, en represalia por el supuesto ataque químico sirio realizado desde esta base contra la localidad de Jan Sheijun, en la provincia noroccidental de Idlib, del que Washington acusa sin pruebas a Damasco.

Los Gobiernos de Siria y Rusia argumentan que las sustancias químicas que supuestamente mataron a cerca de 90 personas e hirieron a cientos más no fueron utilizadas por el Ejército sirio, sino que los cazas sirios atacaron un almacén clandestino de los terroristas lleno de armas químicas que, al liberarse, provocaron la tragedia.

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