El presidente ruso, Vladimir Putin, discutió el miércoles con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, el posible establecimiento de zonas seguras que estarían en la provincia de Idlib (noroeste), en Guta Oriental (situado en los alrededores de la capital, Damasco), al norte de la ciudad de Homs (oeste) así como en el sur de Siria.
“Siria apoya la iniciativa rusa sobre las zonas seguras y subraya su compromiso con el acuerdo de alto el fuego firmado el 30 de diciembre de 2016”, el cual incluiría “no bombardear esas zonas”, indicó ese mismo día una fuente del Ministerio de Exteriores sirio.
Según la fuente, citada por la agencia oficial SANA, la decisión sería adoptada “en línea con el compromiso del Gobierno de preservar la vida de la población y detener el derramamiento y debido a su disposición para alcanzar un acuerdo sobre todo que ayude a la población siria a retomar su vida normal, activar y reforzar la economía y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que sufren por la guerra impuesta al país”.
El funcionario sirio, que prefirió el anonimato, subrayó que Damasco, junto a las fuerzas aliadas, seguirá sus operaciones contra los grupos terroristas, como EIIL (Daesh, en árabe), Frente Al-Nusra (actualmente se denomina Frente Fath Al-Sham), u otras bandas radicales, sea cual sea el lugar donde se encuentren en Siria.
Siria apoya la iniciativa rusa sobre las zonas seguras y subraya su compromiso con el acuerdo de alto el fuego firmado el 30 de diciembre de 2016”, el cual incluiría “no bombardear esas zonas”, indicó una fuente siria.
El tema de zonas seguras será abordado hoy, jueves, en Astaná, capital kazaja, por representantes de Irán, Rusia y Turquía, como países garantes del alto el fuego y patrocinadores de los diálogos intersirios.
Desde 2011, Siria vive sumida en un conflicto desencadenado por grupos armados y terroristas, alimentados desde el extranjero, que ha dejado más de 465.000 muertos y desaparecidos, según ha calculado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
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