Los restos de un Hellfire fotografiados en el lugar del bombardeo contra la mezquita de Al-Jina, pequeña aldea en la provincia siria de Idlib (noroeste), no dejan dudas sobre la implicación de Occidente en el ataque, asegura el Ministerio ruso de Defensa. La ofensiva dejó al menos 42 muertos civiles.
“Creo que pronto deberíamos esperar comentarios relevantes por parte de nuestros socios estadounidenses”, ha indicado este viernes el portavoz de la Cartera rusa, Igor Konashenkov, para luego destacar que la fotografía en cuestión “no deja ninguna oportunidad para que la coalición internacional (contra el grupo terrorista EIIL, Daesh en árabe) pueda escapar en silencio”.
Creo que pronto deberíamos esperar comentarios relevantes por parte de nuestros socios estadounidenses (…) La fotografía no deja ninguna oportunidad para que la coalición internacional (contra el grupo terrorista EIIL, Daesh en árabe) pueda escapar en silencio”, ha indicado el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov
En declaraciones concedidas a la agencia rusa de noticias Ria Novosti, Konashenkov ha opinado que con este indicio sobre el “trágico incidente”, Washington ya no podrá librarse a su “retorica antirrusa”, apoyándose en "campañas mediáticas".
El titular castrense ha señalado asimismo que es una práctica común que el "Occidente emplee pruebas falsas" para acusar la aviación rusa o a las tropas sirias de supuestos crímenes de guerra.
Poco después del bombardeo en Al-Jina, el portavoz del Mando Central de las Fuerzas Armadas de EE.UU. (Centcom), John Thomas, citado por el New York Times, aseguró que un caza estadounidense bombardeó el área cerca del edificio y no la mezquita.
Idlib es blanco frecuente de ataques aéreos de la llamada "coalición anti-EIIL" liderada por Washington. Las autoridades sirias siempre han cuestionado la eficacia de dichos bombardeos y critican a la coalición por los daños que provoca, como numerosas víctimas civiles y daños a la infraestructura.
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