El alto el fuego en vigor en Siria es globalmente respetado por el Gobierno de Bashar al-Asad y los grupos rebeldes pese a algunos enfrentamientos aislados.
El acuerdo de alto el fuego no concierne a grupos terroristas como el grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) y el grupo terrorista Fath al-Sham (antiguo Frente Al-Nusra).
Rusia, mediadora de la tregua en Siria, insta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) a adoptar, de inmediato, una resolución que la apoye. Moscú destaca la necesidad de la participación del Consejo en un proceso muy importante.
El acuerdo prevé también el inicio de negociaciones de paz en Astaná, capital de Kazajistán, para poner fin a la guerra. Turquía que también apadrina la tregua dice que todos aquellos que no están involucrados en el terrorismo, pueden participar en los diálogos de paz para Siria.
Al mismo tiempo Ankara señala que las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), no deben formar parte de los diálogos en Kazajistán. Turquía considera esta formación kurda como terrorista.
El cese del fuego llega poco más de una semana después de la victoria total en la estratégica ciudad de Alepo, y tras una serie de negociaciones entre Rusia, Turquía e Irán, sin participación de EE.UU. Hasta ahora, todas las treguas negociadas entre Washington y Moscú habían saltado por los aires al poco tiempo.
La comunidad internacional expresó su respaldo al alto el fuego acordado por las partes en Siria afirmando que si se cumple la tregua puede contribuir a que la ayuda humanitaria llegue a los civiles que la necesiten.
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