Mantener la continuidad del proceso educativo sigue siendo un reto para el Gobierno sirio dado que miles de escuelas han quedado destruidas durante los disturbios.
Más de cuatro millones de alumnos se dirigieron este mes a las escuelas de toda Siria. Este es el sexto año de la guerra que azota el país. Sin embargo, el Gobierno ha logrado mantener la continuidad del proceso educativo.
El Gobierno, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), distribuyó este año un millón de mochilas para los estudiantes, hijos e hijas de desplazados e hijos de mártires del Ejército. Debido a la ocupación de muchas áreas por los terroristas, un gran número de estudiantes quedó sin la oportunidad de aprender, lo que constituye un reto para el Ministerio de Educación.
El número de escuelas dañadas por la guerra en el país ascendió a 7 000, con un coste estimado de 280 millones de libras sirias. Los terroristas atacaron intencionadamente las escuelas al infiltrarse en cualquier área y las utilizaron como sedes. Ahora sólo 15 000 centros están en funcionamiento.
El hecho de garantizar la continuidad del proceso educativo en esta etapa que atraviesa el país ha sido un desafío para Damasco (capital). Sin embargo, las escuelas que sobrevivieron a la guerra no han cerrado sus puertas, en lo que representa un mensaje de firmeza, tanto del Gobierno como de los estudiantes.
Bashar Barazi, Damasco.
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