“La injerencia militar en Siria se produjo después de que Daesh fracasara en frenar el proyecto federativo de los kurdos en el norte de Siria. Ankara adoptó tal medida porque sigue violando los derechos legítimos del pueblo kurdo”, afirmó el miércoles Saleh Muslim, jefe del Partido Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo).
El pasado 24 de agosto, el Ejército de Turquía inició una operación militar terrestre bautizada como ‘Escudo del Éufrates’ so pretexto de “combatir” a EIIL y combatientes kurdos en la ciudad de Yarabulus (norte de Siria). Las fuerzas turcas, con el apoyo del autodenominado Ejército Libre Sirio (ELS), se hicieron con el control de dicha localidad. Damasco calificó la operación militar de Turquía como una violación a su soberanía nacional.
La injerencia militar en Siria se produjo después de que Daesh fracasara en frenar el proyecto federativo de los kurdos en el norte de Siria. Ankara adoptó tal medida porque sigue violando los derechos legítimos del pueblo kurdo”, alegó Saleh Muslim, jefe del Partido Unión Democrática (PYD, en kurdo).
Muslim explicó que tras la toma exitosa de la ciudad de Manbiy, en el norte de Siria, por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, en inglés), una alianza compuesta por combatientes kurdos y árabes, solo quedaba un paso para que los kurdos expulsen a Daesh de las zonas norteñas de Siria, pero la agresión turca a Siria cambió la ecuación de los combates.
Muslim calificó la intervención de Turquía en Yarabulus, de “una verdadera ocupación turca contra los kurdos que forman casi la mitad de la población de las ciudades y aldeas norteñas de Alepo”.
Precisó que el Gobierno turco considera a SDF como un peligro que amenaza sus proyectos en Siria, ya que estas tropas combaten a Daesh y otras agrupaciones extremistas vinculadas con Ankara como Ahrar al-Sham y Frente Fath al-Sham (antiguo Frente Al-Nusra), autores de crímenes inhumanos contra los civiles en la región kurda de Afrin, en la provincia de Alepo.
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