“(Los fiscales) han hallado que la actividad de estas organizaciones supone una amenaza para los fundamentos del sistema constitucional de Rusia y para la seguridad del Estado”, declaró ayer lunes la portavoz de la Fiscalía General de Rusia, Marina Gridneva, citada por la agencia rusa RIA Novosti.
(Los fiscales) han hallado que la actividad de estas organizaciones supone una amenaza para los fundamentos del sistema constitucional de Rusia y para la seguridad del Estado”, ha declarado la portavoz de la Fiscalía General de Rusia, Marina Gridneva.
Tras la declaración, el Ministerio de Justicia ruso añadirá ambas entidades a la lista de organizaciones foráneas indeseables, prohibiendo así participar en sus proyectos o aceptar su dinero a los ciudadanos y asociaciones de Rusia.
Ambos organismos forman parte de una red de organizaciones transnacionales creada por el multimillonario y especulador financiero estadounidense George Soros, y comenzaron a ser investigadas por la Fiscalía rusa en julio, al crearse la llamada “lista de bloqueo patriótico”.
La creación fue aprobada por el Senado ruso en junio, en virtud de la Ley de Organizaciones Indeseables Extranjeras, para identificar asociaciones a través de las cuales se producen injerencias externas en los asuntos de Rusia bajo pretexto de defender los “derechos humanos” y la “sociedad civil”.
Hasta ahora figuraban 12 grupos, incluidos la Fundación Nacional para la Democracia (NED) —financiada por el Congreso de Estados Unidos y conocida por sus operaciones de desestabilización, sobre todo en América Latina—, el Instituto Internacional Republicano, el Instituto Nacional Demócrata, la Fundación McArthur y Freedom House, entre otros.
A finales de julio, los fiscales rusos descubrieron que la NED había gastado millones de dólares tratando de sembrar dudas sobre la legitimidad de las elecciones rusas.
Al reconocerse a una organización como indeseable, la Fiscalía ordena congelar sus activos, cerrar sus oficinas y prohibir la difusión de su material, bajo pena de fuertes multas o incluso condenas de cárcel en casos graves o reiterativos.
El multimillonario anunció en 2003 haber dejado de financiar proyectos “caritativos” en Rusia, tras un proceso de expansión en el país a mediados de los años 90, iniciado tras el colapso de la Unión Soviética.
A comienzos de 2015, Soros se pronunció a favor de la imposición de “sanciones” a Rusia, y de la creación de un fondo de 50 millones de dólares para “contrarrestar el expansionismo nacionalista ruso”.
Más recientemente, ha mantenido un cruce de declaraciones enfrentadas con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán —partidario de buenas relaciones con Rusia—, quien lo señaló el 30 de octubre como impulsor de la crisis de refugiados para debilitar los Estados-nación.
Soros —de origen húngaro— respondió de inmediato, mediante un correo a la cadena Bloomberg, afirmando que el programa de Orbán “trata la protección de las fronteras nacionales como el objetivo y a los refugiados como un obstáculo”, mientras que el suyo “trata la protección de los refugiados como el objetivo y las fronteras nacionales como el obstáculo”.
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