Ambas ojivas, lanzadas desde el mar Blanco, en el noroeste de Rusia, alcanzaron sus objetivos en el campo de pruebas de Kura, en la península de Kamchatka, en el extremo oriental del país euroasiático —más de 9000 kilómetros—, según el portal especializado ruso en lengua inglesa Russian Forces.
Los misiles Bulava, con un alcance de 10.000 kilómetros, están dotados de ojivas divisibles, lo que dificulta de forma considerable su seguimiento y neutralización por los sistemas de defensa antimisiles.
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