La oficina de prensa de la Flota rusa del mar Negro informó el martes que la tripulación del pequeño buque de misiles de la Flota, Orekhovo-Zuyevo, realizó simulacros de defensa aérea en el mar Mediterráneo.
“Bajo el escenario de los simulacros, los equipos de defensa aérea del barco vieron a un grupo de aviones del enemigo nacional volando hacia el Orekhovo-Zuyevo. Los equipos de defensa aérea de la pequeña nave de misiles practicaron el algoritmo de medidas para repeler las armas de ataque aéreo del enemigo hipotético”, expresó la oficina de prensa en un comunicado.
En este contexto, explicó que, durante los simulacros, el equipo del centro de información de combate del buque de guerra detectó e identificó objetivos simulados, mientras que los equipos de defensa aérea los destruyeron con lanzamientos electrónicos.
Las corbetas de misiles guiados Orekhovo-Zuyevo, según el comunicado, han estado realizando misiones asignadas dentro del equipo de trabajo permanente del Mediterráneo de la Armada rusa desde abril de este año.
El Orekhovo-Zuyevo, de acuerdo con el informe de la oficina de prensa de la Flota rusa, es la séptima nave de misiles pequeños del proyecto 21631 “Buyan-M”. Las naves de misiles pequeños del proyecto 21631 de la clase “Buyan-M” presentan un mayor desplazamiento de agua y están equipadas con el último sistema de misiles de precisión estandarizado Kalibr-NK, designado para atacar objetivos navales y costeros.
El 5.º Escuadrón Mediterráneo de la Armada Soviética sirvió como prototipo para grupo de trabajo permanente de la Armada rusa que opera actualmente. Este escuadrón soviético operativo se ocupó de las tareas de presencia naval en el teatro de operaciones del Mediterráneo durante el período de la Guerra Fría y su principal rival era la 6.ª Flota de la Marina de los EE. UU.; sin embargo, este se disolvió el 31 de diciembre de 1992, un año después de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
En 2013, Rusia comenzó a crear una nueva fuerza operativa mediterránea. El nuevo Escuadrón permanente de Rusia se ocupa de misiones de combate planificadas y urgentes que surgen en el teatro de operaciones del Mediterráneo, incluida la prevención de amenazas a la seguridad nacional y militar de Rusia.
En este sentido, la Armada rusa, que tiene varios buques en el mar Mediterráneo y una base naval en el puerto sirio de Tartus, a menudo realiza ejercicios en esta región en el marco de su apoyo a la lucha antiterrorista de Siria.
Con estos simulacros, el Ejército ruso lanza, además, una advertencia a los países occidentales, como EE.UU., el Reino Unido y Francia, que han amenazado en múltiples ocasiones con atacar Siria bajo falsos pretextos.
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