Según informó la agencia oficial rusa TASS, el submarino diesel-eléctrico Krasnodar atracó el miércoles en la base naval de Sevastopol para unirse a la Flota del mar Negro de la Armada rusa.
El comandante de dicha Flota, el almirante Alexander Vitko, dio a conocer que se trata del cuarto sumergible del tipo Warszawianka destinado al destacamento ruso en el mar Negro.
En junio, el Krasnodar participó en una ofensiva antiterrorista, lanzando, junto a la fragata Almirante Essen, seis misiles de crucero, que según las autoridades rusas, destruyó un gran depósito de armas del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria.
El submarino ruso está equipado con cuatro lanzadores de misiles de crucero, seis tubos de torpedo y sistemas portátiles de defensa aérea. El submarino de clase Varshavyanka (Proyecto 636.3) pertenece a la tercera generación de sumergibles diesel-eléctricos, que se encuentran entre los más silenciosos del mundo.
Además, es capaz de alcanzar una velocidad superficial de hasta 20 nudos y navegar a una profundidad de 300 metros. En su interior, pueden trabajar una tripulación de 52 personas.
Desde 2014, cuando la ucraniana península de Crimea se adhirió mediante un referendo (no reconocido por Kiev) a la Federación Rusa, Moscú y los países occidentales, sobre todo los integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ven que sus relaciones se vuelven cada vez más frías.
La llegada del nuevo submarino ruso a Crimea se produce en medio de la escalada de tensiones entre la Alianza Atlántica y Rusia, debido a las grandes maniobras Zapad 2017 que Moscú planea efectuar en septiembre en Bielorrusia y el despliegue de fuerzas por parte de EE.UU. cerca de las fronteras occidentales rusas, que el Kremlin denuncia como otra amenaza más a su seguridad.
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