“Interpretamos como inválidos los intentos de funcionarios de EE.UU. y otros países de endosar la responsabilidad a Rusia y China, acusándolas de permisividad ante las ambiciones de Corea del Norte en el ámbito nuclear y de misiles”, señaló la Cancillería rusa en un comunicado emitido el lunes.
La nota hizo énfasis en que Moscú está sumamente preocupado por la evolución de los acontecimientos en la región peninsular; lo dice en alusión al reciente test de un misil balístico realizado por Corea del Norte el pasado viernes, reportó la agencia oficial rusa TASS.
Sin embargo, las crecientes actividades militares de otros países, como EE.UU.,Corea de Sur y Japón, incluyendo el despliegue de sistemas de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) en el suelo surcoreano, no son menos preocupantes, criticó la nota.
De igual modo, el Ministerio ruso recordó que Moscú y Pekín elaboraron una hoja de ruta para descartar el uso de la fuerza o la amenaza en la península coreana e impulsar conversaciones sin condiciones previas para hallar una solución coherente a todos los problemas, incluido el de las armas nucleares.
Interpretamos como inválidos los intentos de funcionarios de EEUU y varias naciones más de endosar la responsabilidad en Rusia y China, acusándoles de permisividad ante las ambiciones de Corea del Norte en el ámbito nuclear y de misiles”, señala la Cancillería rusa.
Tras la prueba del misil norcoreano, Washington subió el tono contra China y Rusia, a las que acusó de permitir la “creciente amenaza” norcoreana. La embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Nikki Haley advirtió de que “se acabó el tiempo de hablar sobre Corea del Norte y le toca a China actuar para resolver la crisis en la península coreana”.
El domingo, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur respondieron el lanzamiento del misil norcoreano, con ejercicios militares en la península coreana y el vuelo de dos bombarderos estratégicos B-1B sobre la zona. Washington y Seúl están discutiendo además, desplegar más sistemas THAAD, pese a la oposición manifestada por China y Rusia.
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