En su sesión del miércoles, el Consejo de la Federación de Rusia (nombre oficial de la Cámara Alta) ratificó un protocolo adjunto al acuerdo ruso-sirio que regula el despliegue del grupo aéreo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y sus bienes muebles e inmuebles en el territorio del país árabe, así como los asuntos relacionados con su actividad antiterrorista.
El protocolo, firmado por representantes de ambos países en Damasco (capital siria) el 18 enero de este año, regulariza diversos aspectos del funcionamiento del grupo aéreo ruso desplegado en la base aérea siria de Hmeymim, en la provincia de Latakia, que participa en la operaciones militares contra los grupos terroristas.
Conforme al Anexo, Siria entrega a Rusia el territorio del aeródromo de Hmeymim y los inmuebles correspondientes para su libre uso durante la vigencia del convenio.
Asimismo, el protocolo establece que la seguridad del perímetro del lugar de emplazamiento de los militares rusos es responsabilidad de las Fuerzas Armadas de Siria, mientras que la defensa antiaérea del emplazamiento, así como el resguardo de la seguridad dentro de este, estará a cargo de la parte rusa.
(El objeto del protocolo es) establecer el marco jurídico internacional que regula las condiciones para la presencia del grupo aéreo ruso en Siria y aumentar el potencial de defensa de Rusia y Siria en base al mutuo deseo para fortalecer y desarrollar la cooperación militar", según el texto del propio acuerdo bilateral que regula el despliegue en Siria del grupo aéreo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia.
El documento “tiene por objeto establecer el marco jurídico internacional que regula las condiciones para la presencia del grupo aéreo ruso en Siria y aumentar el potencial de defensa de Rusia y Siria sobre la base del mutuo deseo de fortalecer y desarrollar la cooperación militar".
El protocolo establece que el acuerdo será válido durante 49 años y se prorrogará automáticamente por períodos de 25 años.
En 2015, Rusia inició a petición de Damasco una campaña aérea antiterrorista para ayudar a poner fin a una crisis que ya ha dejado más de 475.000 muertos, según estimaciones del opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
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