Así lo ha revelado un informe publicado este lunes por el diario británico The Independent, en el que ha explicado que la decisión tomada por el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo sirio, Bashar al-Asad, tiene lugar en momentos en que el portaviones Admiral Kuznetsov junto a otros siete buques rusos, enviados el 21 de este mes al mar Mediterráneo, llegarán el venidero miércoles a la ciudad de Latakia (noroeste de Siria), donde probablemente participarán en la campaña antiterrorista.
La flotilla que incluía además, el destructor de propulsión nuclear Pyor Velikiy (Pedro el Grande), los buques antisubmarinos Severomorsk y Vice Admiral Kulakov y varias naves de apoyo logístico, cruzó las aguas territoriales británicas rumbo a Siria. Se considera como el mayor despliegue naval ruso desde la Guerra Fría.
Por su parte, tanto la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como una fuente de inteligencia occidental confirmaron que se espera que en los próximos días Rusia lleve a cabo fuertes ataques contra los terroristas en el país árabe.
Al respecto, una fuente de inteligencia occidental informó el domingo sobre este posible despliegue militar. “Nosotros creemos que los rusos están al borde de un ataque militar en Alepo” (noroeste de Siria) y eso podría conllevar “significativas consecuencias humanitarias”, añadió.
Igualmente, un diplomático de la OTAN, declaró, bajo la condición de anonimato, que “Rusia está desplegando toda la flota del Norte y gran parte de la flota del Báltico en el mayor despliegue de superficie desde el final de la Guerra Fría” para efectuar una serie de "ataques aéreos" contra los opositores sirios llamados "rebeldes moderados" en Alepo, donde desde el mes de septiembre, es escenario de feroces choques entre el Ejército sirio y los grupos terroristas que tratan de romper el cerco del Ejército impuesto a sus posiciones en el sur y este de la urbe.
Rusia a solicitud del Gobierno sirio empezó en 2015 una intensa campaña aérea contra las posiciones terroristas en el país árabe, y actualmente la ciudad de Alepo prácticamente es considerada como el último bastión de tanto los terroristas como los opositores armados.
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