“Esto (el acercamiento entre Rusia y Turquía) tendrá un efecto positivo en la región y espero que nos ayude a hallar un enfoque conjunto para superar la crisis siria”, ha declarado el ministro ruso de Asuntos Exteriores.
Para el jefe de la Diplomacia de la Federación Rusa, la conversación que mantuvo el pasado 30 de junio en la ciudad rusa de Sochi (suroeste) con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, fue “franca”.
Esto (el acercamiento entre Rusia y Turquía) tendrá un efecto positivo en la región y espero que nos ayude a hallar un enfoque conjunto para superar la crisis siria”, subraya el canciller ruso, Serguei Lavrov.
En las declaraciones hechas durante una rueda de prensa conjunta con su par azerbaiyano, Elmar Mammadyarov, en Bakú (capital de Azerbaiyán), Lavrov ha expresado su deseo de que la aproximación Moscú-Ankara facilite el cumplimiento de las decisiones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG, por sus siglas en inglés).
Rusia y Turquía normalizaron sus vínculos después de que Ankara se disculpara por derribar un cazabombardero ruso modelo Sujoi Su-24, que provocó la muerte de su piloto además de causar un congelamiento sin precedentes en las relaciones bilaterales de estos países.
En torno a Siria, el máximo diplomático ruso ha mostrado su preocupación de que el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Staffan de Mistura, “evite asumir sus responsabilidades”, de ahí que no convoca una nueva ronda de conversaciones intersirias.
Lavrov ha criticado que De Mistura condiciona la celebración de la nueva ronda de los diálogos intersirios a un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos sobre cómo proceder con la solución política en Siria, calificando este enfoque como “equivocado”, pues ha opinado que tal postura envía “una señal muy perjudicial” a las partes del conflicto, sobre todo a la oposición siria que insiste en la renuncia del presidente Bashar al-Asad.
Mientras EE.UU. y los grupos de la llamada oposición siria buscan forzar una salida del poder del máximo mandatario sirio, Rusia e Irán han advertido en reiteradas ocasiones de los resultados negativos que tendría una eventual destitución de Al-Asad.
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