En un mensaje publicado el miércoles en Twitter, el funcionario iraní señaló que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido que él mismo ordenó a su ejército acabar con la vida de dos figuras destacadas de Irán e Irak.
“Las dos naciones iraníes e iraquíes vengarán la sangre de estos mártires y no descansarán hasta que castiguen a los autores. La venganza más dura está por venir”, aseguró.
El 3 de enero, en un ataque terrorista llevado a cabo cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad (capital iraquí), EE.UU. asesinó al teniente general Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán; al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y a las personas que les acompañaban.
El domingo, durante una visita a Irak, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, y el jefe del Consejo Supremo Judicial de Irak, Faeq Zaidan, abordaron la cooperación de ambos países para seguir el expediente legal del asesinato de Soleimani y Al-Muhandis, dos líderes de la resistencia y la lucha contra el terrorismo.
Teherán denuncia el asesinato del general Soleimani como un acto “terrorista” de Estados Unidos, mientras que Bagdad afirma que Washington “violó su soberanía”, ya que el ataque contra el prominente militar persa fue realizado sin su consentimiento en territorio iraquí.
En una medida de represalia, el 8 de enero, el CGRI llevó a cabo fuertes ataques con misiles contra el estratégico aeródromo Ain al-Asad, ubicada en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar y ocupada por las tropas norteamericanas desde la invasión de Irak en 2003.
Sin embargo, el Líder de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, dijo que estos bombardeos solo eran una “bofetada” y no la venganza por el acto criminal de Washington contra uno de los más altos mandos militares del país persa.
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