“Hoy en día sigue en curso una gran catástrofe humana y una limpieza étnica e ideológica en Myanmar. Cientos de miles de musulmanes se han visto obligados a desplazarse”, ha asegurado este sábado el presidente de Irán, Hasan Rohani.
En declaraciones formuladas a los periodistas antes de partir a Kazajistán para participar en una cumbre con 57 países de la comunidad islámica, Rohani ha vuelto a manifestar el rechazo de Irán a los crímenes cometidos por el Ejército de Myanmar (Birmania) contra los musulmanes rohingyas en el estado occidental de Rajine.
Los actos de violencia en Rajine en los recientes días han llamado la atención de varios países y grupos pro derechos humanos, que han expresado su preocupación por el elevado número de muertos y desplazados en el país asiático.
En otro momento de sus declaraciones, Rohani ha arremetido contra el silencio que guardan las organizaciones internacionales ante los crímenes perpetrados por el Gobierno y el Ejército de Myanmar y llamó a ejercer más presión para frenar la violencia contra los rohingyas.
Hoy en día sigue en curso una gran catástrofe humana y una limpieza étnica e ideológica en Myanmar. Cientos de miles de musulmanes se han visto obligados a desplazarse”, asegura el presidente de Irán, Hasan Rohani.
El mandatario iraní ha pedido en concreto a los vecinos de Myanmar, como China y Bangladés —este último como el destino de miles refugiados birmanos— a contribuir a encontrar una salida a la crisis que azota a esta minoría musulmana.
Asimismo, ha dado a conocer que pese a que la referida cumbre se centrará en asuntos científicos y tecnológicos, se celebrará una reunión en la víspera del evento para abordar la crisis birmana.
Ayer viernes, el canciller persa, Mohamad Yavad Zarif, pidió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que “actúe de inmediato” ante la “grave” situación de los rohingyas.
El rechazo generado en el país persa a la masacre de musulmanes en Birmania no se limita a las autoridades de este país. Ayer, los iraníes realizaron marchas paralelas en varias ciudades para protestar contra el Gobierno de Myanmar.
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