“Varios países de la región están llevando a cabo esfuerzos para desestabilizar Afganistán y minar su seguridad, para luego facilitar el traslado de los terroristas fracasados (en los campos de batalla) en Irak y Siria a este país”, subrayó el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjani.
El funcionario persa hizo la advertencia el sábado durante una conversación telefónica con su homólogo afgano, Mohamad Hanif Atmar, a quien expresó sus condolencias por las pérdidas humanas causadas por el ataque terrorista reivindicado por el grupo Talibán contra una base del Ejército afgano en la norteña ciudad de Mazar Sharif. El atentado dejó más de 130 víctimas mortales.
Varios países de la región están llevando a cabo esfuerzos para desestabilizar Afganistán y minar su seguridad, para luego facilitar el traslado de los terroristas fracasados (en los campos de batalla) en Irak y Siria a este país”, subrayó el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjani.
Esta reciente tragedia aumenta la necesidad de un combate serio y unificado del Gobierno, los grupos políticos y la nación afgana contra los grupos terroristas, dijo Shamjani, asegurando que una mayor cooperación entre Irán y Afganistán en materia de inteligencia y seguridad, fortalecerá la estabilidad en ambos Estados.
Atmar, a su vez, agradeció la solidaridad del Gobierno iraní, y abogó por la continuación de la cooperación entre los dos países para erradicar el terrorismo en la región.
Ayer sábado, la República Islámica de Irán condenó el mortífero ataque de Talibán, y aseveró que la única solución a esa situación de inseguridad en el país centroasiático es “la no injerencia de Estados Unidos y de otras fuerzas foráneas y las negociaciones entre los grupos armados y el Gobierno de unidad nacional”.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán dentro de su llamada “guerra contra el terrorismo”. La ofensiva apartó del poder a los talibanes, pero la inseguridad sigue dominando gran parte del territorio afgano, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros, en concreto —8400 efectivos estadounidenses y 5000 soldados de otros países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)—.
Más de 15 años de presencia militar extranjera tampoco ha podido suprimir el nuevo brote de terrorismo en Afganistán, a donde han llegado miles de integrantes del grupo ultraviolento EIIL (Daesh, en árabe).
La nueva Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, pese a ser un férreo crítico de las invasiones estadounidenses en Irak y Afganistán —durante sus actos de campaña—, aseguró tras su investidura en enero que la presencia militar estadounidense en el país centroasiático continuará.
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