“Durante los últimos tumultuosos años, Arabia Saudí no solo no ha contribuido a restaurar la paz y la estabilidad en la región (del sudeste asiático), sino que ha agravado la guerra, la inestabilidad y la inseguridad apoyando a los terroristas en Siria y lanzando la guerra contra Yemen”, ha denunciado hoy viernes el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi.
El diplomático persa respondía con estas declaraciones a afirmaciones antiraníes del príncipe heredero saudí, Mohamad Bin Salman, que el jueves acusó a Irán en una reunión con el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, de lo que llamó “actividades de desestabilización regional”.
Durante los últimos tumultuosos años, Arabia Saudí no solo no ha contribuido a restaurar la paz y la estabilidad en la región (del sudeste asiático), sino que ha agravado la guerra, la inestabilidad y la inseguridad apoyando a los terroristas en Siria y lanzando la guerra contra Yemen”, declara el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi.
Qasemi ha tildado de “irrelevantes” las declaraciones del también ministro de Defensa saudí y las ha achacado a una “diplomacia de fantasía”, que a su juicio permite a Bin Salman “acusar a otros países de la región de apoyar el terrorismo” cuando su propio país “es uno de los maquinadores de la guerra en Yemen”.
De igual modo, el portavoz persa ha destacado el “error estratégico” de Riad a la hora de dar luz verde a países extranjeros para injerirse en los asuntos de la región. “Las interferencias anteriores de los países extrarregionales no han dado más resultado que la inseguridad (…), la extensión del terrorismo y la violencia”, ha dicho.
El vocero del Ministerio de Exteriores persa ha reiterado de igual modo que Irán, un país “pacífico”, está siempre dispuesto a cooperar con las naciones de la región para erradicar el terrorismo, para lo cual no hay más vía posible que una “colaboración integral”, ha agregado.
Las constantes declaraciones contra Irán de las autoridades saudíes han sido denunciadas por la República Islámica. En enero, el canciller saudí, Adel al-Yubeir, acusó a Teherán de lo que llamó “apoyo al terrorismo”.
Irán rechazó como “insultantes e infundadas” las acusaciones del canciller saudí y señaló la responsabilidad de Riad en “la muerte diaria de personas inocentes, el saqueo de sus bienes y la destrucción a gran escala de su país”.
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