Así ha reaccionado este domingo el primer vicepresidente iraní, Eshaq Yahanguiri, al decreto que firmó el viernes el presidente estadounidense, Donald Trump, que prohíbe por un periodo de tres meses la entrada de ciudadanos de siete países musulmanes: Irán, Siria, Libia, Yemen, Somalia, Irak y Sudán.
“Vamos a analizar y diseccionar ante el mundo entero y la comunidad internacional lo que Estados Unidos define como ‘derechos humanos’, para que todo el mundo sepa qué tipo de sistema tiene enfrente”, ha declarado Yahanguiri en un acto público en Teherán (capital persa).
Vamos a analizar y diseccionar ante el mundo entero y la comunidad internacional lo que Estados Unidos define como ‘derechos humanos’, para que todo el mundo sepa qué tipo de sistema tiene enfrente”, declara el primer vicepresidente iraní, Eshaq Yahanguiri.
El alto cargo persa ha reiterado de igual modo la postura anunciada por la Cancillería persa al prometer tomar las medidas necesarias, tanto legales como políticas, para proteger los derechos de sus ciudadanos y “aplicar el principio de reciprocidad”, pese a distinguir entre el Gobierno y la nación de EE.UU.
A criterio de Yahanguiri, “no se pueden lanzar acusaciones de terrorismo a los iraníes”, víctimas por el contrario del terrorismo, especialmente desde la Revolución Islámica de Irán (1979). Irán es el único país que se ha enfrentado verdaderamente a los terroristas y ha impedido que los extremistas dominen países como Siria e Irak, ha agregado.
El rechazo de Yahanguiri al polémico decreto de Trump se suma al de varias autoridades iraníes, como el canciller Mohamad Yavad Zarif, y al de algunos otros países afectados por tal orden, entre ellos Irak, Yemen y Sudán.
Las medidas antimigratorias y antimusulmanas de Trump —tomadas nada más asumir el cargo— han provocado además la indignación de los propios estadounidenses que se han manifestado contra la medida de su nuevo presidente en aeropuertos de todo EE.UU.
tqi/mla/rba/nal