La Cancillería iraní, a través de un comunicado emitido hoy sábado, responde con dichas palabras al decreto suscrito por el presidente estadounidense, Donald Trump, para prohibir la entrada a EE.UU. de ciudadanos de siete países musulmanes: Siria, Libia, Yemen, Somalia, Irán, Irak y Sudán, y advierte de que Irán, pese a distinguir entre el Gobierno de EE.UU. y la nación, “ejecutará el principio de reciprocidad”.
“La decisión del Gobierno de Estados Unidos consistente en limitar la entrada de musulmanes a EE.UU. —aunque sea por un periodo temporal de 3 meses— es un claro insulto al mundo del Islam, en particular, a la gran nación iraní. Y pese a que justifican la medida como parte de la lucha contra el terrorismo y con el fin de preservar la seguridad del pueblo estadounidense, (esa decisión) se inscribirá en la historia como un gran regalo a los extremistas y a sus patrocinadores”, reza el texto.
La decisión del Gobierno de Estados Unidos consistente en limitar la entrada de musulmanes a EE.UU. —aunque sea por un periodo temporal de 3 meses— es un claro insulto al mundo del Islam, en particular, a la gran nación iraní. Y pese a que justifican la medida como parte de la lucha contra el terrorismo y con el fin de preservar la seguridad del pueblo estadounidense, (esa decisión) se inscribirá en la historia como un gran regalo a los extremistas y a sus patrocinadores”, anuncia la Cancillería de Irán.
Dicha medida, según el texto, abona el terreno para el takfirismo, en una coyuntura en que la comunidad internacional necesita del diálogo y de la cooperación para enfrentar la violencia y el extremismo. Y, de hecho, la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) ha aceptado la propuesta de Irán a la ONU sobre un mundo libre violencia, propuesta conocida como 'El mundo contra la violencia y el extremismo' (WAVE, por sus siglas en inglés).
Según la Cancillería iraní, “la acción imprudente” de Trump también hace caso omiso de los informes de la Inteligencia estadounidense sobre los apoyos de Washington y de sus aliados regionales a los grupos terroristas que operan en el Oriente Medio, entre ellos, la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
Esta medida racista demuestra que las “antiguas alegaciones” de Washington sobre su amistad con el pueblo iraní son falsas, también muestran el odio de todos los gobiernos de EE.UU. a los iraníes: un pueblo que siempre ha estado en contra de la violencia y el extremismo, añade el texto.
Por lo tanto, prosigue, el Gobierno de Teherán tomará las medidas necesarias tanto legales como políticas para proteger los derechos de sus ciudadanos y, aunque respeta al pueblo estadounidense y hace una clara distinción entre el Gobierno de EE.UU. y su nación, “ejecutará el principio de reciprocidad”.
La decisión de la Casa Blanca también contraviene el derecho internacional, pero dado que Teherán y Washington no tienen relaciones bilaterales, “no podrá influir en cómo actúa la República Islámica”, añade el texto, insistiendo, por último, en que cualquier medida discriminatoria contra los ciudadanos iraníes es “ilegal”.
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