“Los países, cuya irresponsable injerencia en (los asuntos de) otros Estados han extendido inseguridad, guerra, violencia y terrorismo, no están en condiciones de acusar a otros de inmiscuirse en los asuntos regionales”, ha subrayado este miércoles el portavoz de la citada Cartera, Bahram Qasemi.
El diplomático iraní reacciona así a un discurso pronunciado, la jornada de hoy, por la primera ministra británica, Theresa May, en el cual acusó a la República Islámica de Irán de llevar a cabo, según dijo, "acciones agresivas" en El Líbano, Irak, Yemen, Siria y los Estados del Golfo Pérsico.
Los países, cuya irresponsable injerencia en (los asuntos de) otros Estados han extendido inseguridad, guerra, violencia y terrorismo, no están en condiciones de acusar a otros de inmiscuirse en los asuntos regionales”, ha subrayado el portavoz de la Cancillería persa, Bahram Qasemi.
En su intervención en la clausura de la 37ª cumbre ordinaria de los jefes de Estado del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico -integrado por Arabia Saudí, Baréin, Catar, Kuwait, Omán y Emiratos Árabes Unidos- en Manama, capital bareiní, May ha asegurado que ve con claridad la supuesta “amenaza que Irán representa para el Golfo Pérsico y Oriente Medio”.
Son “vanos y poco constructivos” los intentos del Reino Unido por recurrir a políticas divisorias para recuperar su posición en la región de Oriente Medio, ha señalado Qasemi, agregando que May hizo tales comentarios antiraníes para "agradar a algunos de los líderes" del CCG.
El diplomático iraní ha continuado afirmando que May, con sus “desconsideradas” declaraciones busca conseguir nuevos contratos para la venta de armas con algunos países árabes del Golfo Pérsico y exacerbar posteriormente las crisis causadas por sus crímenes de guerra contra los pueblos inocentes de Yemen, Siria, Baréin, Irak y otros países musulmanes.
Londres, un histórico aliado de Manama, ha sido acusado sistemáticamente de "encubrir" las brutalidades del gobernante régimen de los Al Jalifa, que desde el año 2011 reprime con violencia las manifestaciones pacíficas que celebra la oposición.
El Reino Unido es además criticado por ser un suministrador de armas de primer orden a Arabia Saudí, sobre todo en momentos en los que la monarquía saudí está implicada, desde marzo de 2015, en una campaña de bombardeos contra su vecino yemení.
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