MSF ha alertado que esta situación deja a la población palestina en la asediada Franja de Gaza atrapada y con reservas bajo mínimos de alimentos, medicinas o combustible ante el bloqueo de la ayuda humanitaria que llegaba al enclave palestinos a través del paso.
“El paso fronterizo de Rafah, un punto de acceso humanitario vital, se ha cerrado completamente hasta nuevo aviso. Esto tendrá un impacto devastador, ya que la asistencia que llega a través de este cruce es un salvavidas para toda la Franja de Gaza”, ha avisado la responsable médica de MSF en el enclave palestino, Aurelie Godard, matizando la posibilidad de que los precios suban ante la escasez.
Según la alta carga de la ONG humanitaria internacional, “tras siete meses de guerra, que ha obligado a 1,7 millones de personas a huir de sus hogares, la decisión de cerrar este paso agrava aún más las ya terribles condiciones de vida de las personas atrapadas en Gaza”.
En este mismo contexto, ha advertido de que “el cierre del paso fronterizo de Rafah tiene muchas repercusiones para la población palestina. Como está cerrado, no entra nada. Todo lo que resulta vital para la vida cotidiana ya no entra”.
De igual manera, ha proseguido que la orden de evacuación de Rafah por las fuerzas israelíes hace que los residentes “vuelvan a ser desplazados a la fuerza, trasladándose de tiendas improvisadas a otro lugar sin refugio, alimentos ni atención médica adecuados”.
“Corren el riesgo de sufrir aún más las consecuencias de este desastre humanitario masivo que ha alcanzado niveles de pesadilla”, ha señalado Godard, para luego explicar que la gente ha empezado a trasladarse al centro del territorio porque es “más segura que Rafah”, pero que no tienen apenas infraestructuras como consecuencia de los continuos bombardeos.
“La gente tiene miedo”, ya que además de la falta de agua o alimento, hay escombros y que los caminos “no han sido completamente despejados de los artefactos explosivos que no se han detonado”, ha precisado, a la vez que ha declarado que “la vida sigue siendo muy difícil allí, pero al menos resulta un poco menos aterradora que quedarse en Rafah”.
Médicos Sin Fronteras continúa trabajando en el hospital de campaña indonesio de Rafah, pero ha anunciado que el personal médico y pacientes han tenido que ser evacuados del Hospital Al-Najjar y ha suspendido sus actividades en la clínica Al-Shabura. En este sentido, el coordinador de emergencias de MSF en Rafah, Paulo Milanesio, ha tildado “catastrófica” la suspensión de este centro, donde han realizado más de 8000 consultas en el mes pasado.
“¿Dónde van a buscar atención y continuar el tratamiento las mujeres embarazadas, los niños, las personas con enfermedades crónicas en un lugar diezmado como Gaza? Sin olvidar el impacto en la salud mental; antes del cierre ofrecíamos más de 130 consultas individuales de salud mental a la semana, una cifra que no ha hecho más que aumentar en las últimas semanas”, ha lamentado.
MSF ha denunciado ataques sistemáticos del régimen de Israel desde el pasado 7 de octubre contra instalaciones médicas e infraestructuras civiles, en el marco del desmantelamiento del sistema sanitario en un momento en el que hay necesidades extremas con “consecuencias devastadoras”.
El ejército israelí anunció el martes que había tomado el control total del cruce de Rafah y estaba llevando a cabo operaciones de rastreo extensas en la zona, después de una noche de intensos bombardeos que apuntaron a los alrededores del cruce y áreas al este de la ciudad.
Las Naciones Unidas, organizaciones humanitarias, la Unión Europea y casi todos los países del mundo han rechazado una invasión israelí en Rafah, ciudad superpoblada que alberga a más de 1,5 millones de palestinos desplazados, y han advertido sobre las devastadoras consecuencias humanitarias de tal operativo militar.
Al menos 34 844 personas, la mayoría mujeres y niños, han muerto hasta ahora como consecuencia de la guerra que el régimen inició el 7 de octubre tras una operación de represalia de los grupos de Resistencia de Gaza.
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